El sistema de salud en este país, lo mismo que el sistema educativo y la seguridad social, dan vergüenza. En un país tan rico en recursos, donde se manejan presupuestos tan altos en las diferentes carteras ministeriales, se deberían estar prestando los mejores servicios de Latinoamérica. Son cientos de miles los trabajadores que con su parte de su salario están sosteniendo la educación, la salud, la seguridad social, el sistema de pensiones, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA, contribuyendo al subsidio para que las clases menos favorecidas o de estratos bajos, tengan acceso a salud y educación gratuita y efectiva.
Hasta ahí todo es entendible, en un país que se destaca por su sentido de solidaridad dentro del sistema capitalista, acostumbrado a tenderle la mano a sus compatriotas en situaciones de catástrofes naturales, acciones de la violencia, calamidades domésticas, etc. En donde se ha movido el corazón de la población para ayudar a solucionar las crisis a sus conciudadanos.
Pero no hay derecho a que la plata que les descuentan de su salario, mes a mes a los trabajadores para fines tan nobles como la salud y la educación, vaya a parar en los bolsillos de los corruptos. Esta plata que debería contribuir a prestar unos excelentes servicios médicos, con fármacos de la mejor calidad y una excelencia en la prestación de los servicios, está financiando las cirugías estéticas de los altos funcionarios del gobierno, los viajes recreativos de sus familiares, las suntuosidades en sus viviendas y en sus vehículos, mientras la gente que verdaderamente necesita de una buena prestación de los servicios, se muere en las salas de urgencias de las clínicas y hospitales, mientras esperan que les brinden la atención que requieren y que por negligencia de los funcionarios y malos manejos de los recursos, nunca llega.
El país está viviendo el cuarto de hora. Esa parece ser la consigna de todo quien llegue a ocupar cargos públicos, y con mayor razón, si son de alta gerencia. Aprovechar el cuarto de hora para desangrar al país hasta donde se pueda, porque como se lee en uno de los correos que evidencian las malas acciones de los funcionarios de la salud, “nos llegó la hora de hacernos ricos” y “si no es ahora, entonces cuándo”. Ojalá la mano dura del gobierno actual ponga fin a tanto despilfarro de los dineros públicos y ponga a manos de la buena justicia a tanto corrupto sinvergüenza que como vampiros hambrientos están aprovechando la oportunidad para desangrar al país, saqueando el dinero de la gente de bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario